El último día de tus dias
Alzaste tu vista al cielo y te quedaste como impávido,
Ante la inmensidad del universo.
No somos más que una milesima de la nada
Ante la basta inmensidad de un todo.
El silbo del austro acaricio tu rostro,
Y te quedaste como mudo ante la delicadeza
De un mundo que se abre como una flor ante ti.
Volviste a sonreír.
T
Y no somos más que avecillas errantes anidadas
En el nidal hostil de este mundo gris.
No queda tiempo para perder el tiempo.
Amar, reír, perdonar, ser feliz
En este mundo sin mundo es el único legado que dejaremos
De nuestro frágil existir.
Escuchaste el canto lejano de los zorzales
Que cantan posados sobre las copas de los árboles,
Escuchalos, pues es la voz de la vida que te declara su enigma:
_el don de vivir cada día como si fuese
El último día de tus días.
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