EL POEMA QUE NACIÓ SIN NOMBRE

Una casa de empeño.
Un todo a cien.
Un valor que no recuerdo.
Y un corazón de plastilina
Unas nubes de algodón
Purpurina para una luna de cartón
Estrellas a lo rococó
Ilusiones sin ton ni son
Flores que brotan entre hormigón
Deseos que conspiran con desazón

Farolas sufrientes con necesidades vivientes
Charcos sin afiliación
Pegatinas en la frente.
Pulseras desahuciadas.
Corazones tatuados.
Pensamientos desavenidos.
Informes sin compromiso
La acera de los pasos perdidos
Donde la realidad te supera
Y te roban los sueños
De toda una vida entera