el crimen

Un revólver de azufre sobre la mesa,
una nostalgia desnuda roza mis muslos,
un beso de whisky cubre mis labios,
una mirada de sexo y algún secreto,
una canción desleída en la luz de una lámpara,
nubes de leña azul al otro lado de tu retrato,
y un cadáver sin cuerpo y ninguna excusa.

En la botella unas rosas que te recuerdan
y una libreta manchada con su sangre,

Y

o la maté
es cierto
no empezaré por negar lo que ya sabes.
Yo la maté
y envejecí con ello mi pasado.
Yo la maté
y entonces
oculté mi sombra entre otras sombras,
y abandoné mi mano entre otras manos,
y mis zapatos rotos y mi paraguas
se hicieron barro junto al barro.

Yo la maté
es cierto,
maté tu risa,
mis torpes palabras
la asesinaron
y cumpliré mi pena
como sucede el invierno,
de año en año.