EL COLIBRÍ DE HUÁNUCO

2015 Sep 03
Poema Escrito por
ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA

el colibrí de huánuco

soneto i

y en ventanar en miles de horizontes,

pinares, raíces para comensales

de silbidos, donde colibrís reales

p

ermutan voces, vencedores montes.

y en sonoros rayos, lianas, desmontes,

espacios de praderas con jarales,

arboles como grandes generales

para alas del volar en los remontes.

patitas debiles, cortas, concretas,

conjugacion de arcoiris hilos bronceados,

colina de cielo que tiene suelos,

senderos, para quien tiene lengua trompeta,

y vibrar de alas en arbusto y prados.

nido que haga ponchera a dos polluelos.

soneto ii

pajarillos parvularios, pequeños.

y en jalcas sonar de cascada, afines

notas musicales como maitines

monásticos, con religionar de sueños.

el diario volar, alturas de empeños,

despierto divino de limites fines,

hablar de naturaleza a confines.

bajar de luna y estrella a pies risueños

para pájaros de ecos que están forjados

con saltos de chupiraga en chupiraga,

amanecer por soles levantados

que hacen a la loricaria flor bella,

con el tintinear que el colibrí sella,

con verde de humedo musgo y que halaga.

soneto iii

aficción volandera a olmo elevado,

que en corazón es granero y descanso

y nido, y gotear de agua en pico manso,

por saber de un supremo que le ha creado.

y en creación todo parece ser proyectado

frescura en genesis del que es remanso

en diseñar con golondrinay ganso,

cigüeñar con un pingüino callado.

el colibri, que se hace madre, y parto

en nido cascanuez, ante temblores

de aviso al humano del camino harto

de ser azor. picaflor por amores

de hacer vida, como huevecillo guisante,

como novia en misterio insignificante.

soneto iv

y aquel primer tronco, árbol castaño

que tuvo pubertad de nacimiento,

con savia sabia de hacer pronunciamiento,

del hacerse viejo y ser canas de antaño,

nieve en madrugada .y en selva ermitaño,

pasear del alba con afinamiento,

con pajarillos sin distanciamiento,

donde el primer colibrí arañó

ramas, durezas por boca picadas.

eran enamoradas, largo pico,

fino señor de montañas peruanas

vestir de color y voz de emplumadas,

guardador de distancias, como rico

dueño de lugares y nubes hermanas.

soneto v

pequeño estanque de aguas emplomadas

con los grises brillos de verdes hojas.

brilla el chorro y seduce al sauce en lonjas

con sombras de lunas engalanadas.

y con silenciar voces empapadas

que llaman junto a doce rosas rojas

al colibri oidor. claustro de monjas,

cantor que bebe auroras azuladas,

que gustan sorber con frescor al alba,

mañanas enraizadas por los ríos

de helechos. minutar tiempos glosados,

porque meta es volar, primavera en salva,

para ir a la poza que espera en bríos

brincar diario de plumares rizados.

soneto vi

colibri movido sin la bravura

de toro novio, de mirar de amores,

en ventanar de cristales y hervores,

donde jaula cerrada a alguien le es locura.

libre y preso, con distancias de espesura,

y ante espejo de pechos desertores,

riesgo eterno de que sean vanos errores

huir por culpa de una dueña de usura

que prohibe instinto a jovenes pajarillos.

con frescura en los alpes. estribillos

de dos colibrís por enamorados,

en rincon de ventana .y que humillados,

por prision que nunca florece en rosales,

don del sensualismo y canción de avales.

soneto vii

de tenores y barítonos cantos,

sonido literal, pajarería,

plumas que de algodones perdería

quien por no cantar hiciera dos llantos.

volátil pegado a nubes de amiantos,

redondeles de sol y brasería,

verano en sudor y chicharrería,

pajarillo con orquesta de santos

junto a la fulcadea que hace ponientes.

que remata con su cola adornada

la grandeza del gavilán fornido.

pico de oro natural, gorjea ardientes

timbres como acordeones de sonido,

pleiteando con majestad la jornada.

soneto viii

pinares que en los montes mas salvajes

hasta el pájaro torvo es teologado,

y en pintura de paraíso iniciado

juntar de dos primeros personajes.

rincón de amor que hicieron homenajes,

beso de pradera a eva y adan colmado,

primer claro de luna con campo alado,

oir colibri en silenciar de paisajes.

los verjeles ardientes, por esencias,

primer paraiso de oceanos lejanos,

con los rumores de melancolias.

romanticismo en campanar de ausencias,

hombros desde donde ver humos llanos,

descanso en campo, y chopos y magnolias.

soneto ix

caían hojas desde aquel manzano

de perlas amarillas, refrescantes,

donde el colibrí, nectaba en vibrantes

por su sed de vuelo de quehacer sano.

diaria visita y saludar no en vano,

picoteo de saboreos endulzantes,

compañía de canarios errantes,

con ritmos, voz de sonido antiplano.

amigas las flores, sangrientas venas,

paseo en sol solano y color avenas,

pólenes distantes, bellos azules.

y para verdear, los verdes oscuros arboles,

que hacen sedas del lirio, y hilos de tules,

la telaraña amiga de arreboles.

soneto x

solitarios personajes de vuelos,

cincuenta de colores, de amarillos,

verdes grises, rojos rosas, y grillos

que por calores cantan desde suelos

en su negro chillar por arroyuelos,

cañas de azucar y malecon de brillos.

pan de trigos, pellizcados anillos

donde honores son delgada agua y duelos,

entre paloma de cipres y selva ancha.

machupichu en polenes desvirgados

por quienes con metálicos reflejos,

despiertan a guaranies con espejos.

apurimac, picadores alzados,

con zambullidor sonido sin mancha.

2015 Sep 03

ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA
Desde 2015 Ago 29

Conoce más del autor de "EL COLIBRÍ DE HUÁNUCO"