Efimérico

2019 Dic 24
Poema Escrito por
Rogervan Rubattino

«A oscuras
vagas huellas, sigue el ansia.
De pronto, como una llama
sube una alegría altísima
de lo negro: la luz del tacto»

Pedro Salinas

Se caen las nubes del cielo,

s

e desvanecen los tonos del amanecer,

un remolino se disipa en los campos de otoño,

el fuego se apaga cuando empieza a llover.

Los ojos azules se vuelven marrones,

la nota dulce se hace silente,

y el valor de los valientes,

ya no prospera, se pierde.

Ya no puedes pisar sobre tus pasos,

la palabra cabalga el viento,

y es como el agua que, al caer,

no se vuelve a recoger.

Ya no rompen las olas en el puerto,

la flecha lanzada,

o las pestañas del cierzo,

como antes era en la madrugada,

con sus matices y sus olores a lienzo.

El agua del río no fluye dos veces,

la nieve se derrite y el pájaro no canta,

cuando el día anochece,

las almas que eran, vagan,

vagan y se enmudecen.

Todos los años y otros años,

todas las horas y otras horas;

el niño se hace hombre,

la muerte se hace madre,

de todos los nombres.

El presente se convierte en futuro,

los cabellos se hacen blancos,

la risa se disloca en tos,

y la tierra fértil se hace estéril,

cuando la brisa da paso al llanto.

El huerto se marchita,

la marea se retira,

y lo superfluo hace gala,

en las caderas de la nada.

La espera deviene en flujo,

raudo y discreto,

las distancias en su turno,

recorridas en un momento,

y parece que fue ayer,

lo que estás viendo,

y parece que hemos vivido,

lo que estamos viviendo.

ROGERVAN RUBATTINO ©

2019 Dic 24

Rogervan Rubattino
Desde 2016 Ago 30

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