DOS SONETOS A JESÚS DE NAZARET.
dos sonetos a jesús de nazaret.
i
del sentir, los bordes de sus vestidos,
la conversión se me hizo por genuína
como montaña que bajo nubes empina
en oración, con sueños permitidos
y esperanzas de caminos prometidos.
la dirección, como de santa retina,
enraigada en amor que nunca desasfina
y por promesa al dios de la existencia,
muere como verdadero crucificado,
y que de tal manera forjó compromiso,
para hacer de la sed del agua esencia.
y hambre al corazón, no un rito conciso,
sino el conocimiento por siempre justificado.
ii
tomaremos las cargas más pesadas,
de sugestiones y delirios conocidos,
de los dolores y odios resentidos
que hacer hacen heridas abrasadas.
y sin respuestas de voces arriesgadas,
la paz en calma de quien cuida protegidos
y que en conciencia da como latidos
de dirección con palabras presentadas,
como abrazo nazareno del siempre estar,
y donde lo eterno sí tiene tiempos
porque se siembran trigos en los cielos,
de espigas que se hacen panes por prestar
conversiones que anulan los destiempos
y borran pecados haciéndolos deshielos.
antonio martinez de ubeda linden
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