Di que no me concoces.

Cuando me mires, di que no me conoces.
Porque no deseo que sepan que me ilusiono como si de las rosas nunca cayeran sus hojas.

Cuando me mires, has como si no me hubiese fundido entre las sábanas de tu cama, pensando que me amarías.

Y cuando ellos te pregunten amargamente por mí, no les digas que te llame "hogar" porque al final aquel amado hogar se había despojado por sí mismo, ve y diles que fui yo la que se despidió en invierno y que eso fue lo mejor que paso en tú vida, pues te llego el verano y yo, yo me quede con el frío.

Cuando me mires, niega que me conoces, niega que conoces mis miedos, mis temores y mi egoísmo; niega también mi sonrisa, mis brazos y mis besos que a ti ya no te hacían falta.

Cuando me mires, olvida que te di mi alma y mi ser, después de todo, para tí no era más que un estallido en el aire siendo este más efímero que los fuegos artificiales que ahora hay, cielo.

D

iles, que no me conoces para que al nombrarme no me duela el corazón dicho por tus labios.