Degradando a un verbo en cursiva

Es todo tan confuso, como un libro de historia repleto de números o nuestra propia historia repleta de paz. Repletas y a la vez vacías. ¿Y cómo es posible tal casualidad? Tantos logros sobre las paredes y ni un solo rastro, ni una prueba.
Aquel veintitrés de marzo será…Un día entre tantos más, cuando suelo caer en espiral, entre tantos más. Un espiral de pensamientos vagos, caigo en espiral. Me desconecto un momento, suelo caer más. Hasta puntos tan profundos, donde suplicas llegar. ¡Solo tú puedes llegar! ¡Te suplican mis paredes! ¡Ponle un punto final!...Es un triste dilema.
Te extrañó tanto, que la misma palabra, ya perdió sentido. Y así tal cual. Tan hueca, tosca y obtusa. Tan fonéticamente incorrecta….y así tal cual. Es más completa que mi historia, con más sentido que mí ser. Y sin embargo, aunque suene tartamudo, pronunciarlo de nuevo…
Aún puedo extrañar, aquellas notas en cursiva. Siempre en cursiva. En cursiva suelo llorar. Aquella nota escrita, en un papel espiral y gastado, junto a tú número personal… Te extraño pero mi mundo es en cursivas, soy poco gramatical.

Conoce más del autor de "Degradando a un verbo en cursiva"