Decibel

Solo con el cabello me basta,
solo con las dulces hebras de tu hermosa cabeza,
solo con el roce omnipresente de mis manos sobre tu corona.

Me basta y me sobra
para poseer, al menos efímeramente,
todas tus consideraciones y pensamientos,
tus sentimientos más alturados,
tu palabra más allá de tu boca,
la prisión de tu genio,

Solo con tus cabellos puedo generar una idílica carta,
un himno,
una balada inimaginable,
la verdad entre todas:
Sobre tu pasión,
sobre tu deidad,
la que temes y respetas,
la que amas e incendias,
con ese perfume, con esa mirada,
con esos ojos cerrados y todo el mundo que guardan,
el universo que sostienen,
que perpetúan...

Solo con el goce exagerado de tocar tus apreciados cabellos,
con esa sensación,
toda la recreación de un momento sempiterno y erógeno...

Toda la majestad del ocaso
en las palabras que se disipan
en el alborozo de tus oídos,
las que pronuncié, pronuncio y pronunciaré...