DECADENCIA ADVERSA

Las ásperas grutas del asolamiento
Trocó como aquel arroyuelo
En la perspicacia del bravío interior

La enarbola balbuceó
Mientras la osadía
Expiaba el terso corazón

Mi mente es un yermo
Y los recuerdos vetustas

Ocultos en las sombras
De aquel collado de querellas

El delirio abraza la aurora
Y el tiempo monótono
Ahoga mi ser, mi alma
En el vacío de la polifagia

Oh! menesterosa castidad
Divagando en ese huerto
De hostilidad y languidez

Un cuerpo frágil, ¡Marchitud!
Flores sobre añil
En manos del azar verosímil.