DANZANDO COMO PALMERAS.

Danzando como una palmera te paseabas
desnuda por el jardín, como una flor para sentir
como la suave brisa acariciaba tus caderas;
los vientos mecían tu cuerpo con la dulce fragancia
que subyugaba la ingenua pasión y una llovizna
besaba tu piel con ardiente excitación, de pronto
un alucinante gemido hizo temblar tu corazón y el
confundido no entendía el alboroto de tus suspiros.
Tu pensamiento voló en busca de los recuerdos
de aquel lejano amor, que un día fue tu compañero fiel;

hoy ellos reclaman las lujuriosas convulsiones que
te hicieron vibrar hasta el último rincón de la piel
para recordarte que un gran amor jamás tendrá olvido;
porque donde hubo fuego encendido siempre quedan
las tibias cenizas, testimonio fiel de un amor inmortal.
El jardín no podrá olvidar el ritmo cadencioso
de tu alegre cintura que con sabrosura contonean
cada rama de aquel frondoso vergel era como una
una bella sinfonía que inspiraba emoción,
celebración al recibir tu llegada y aunque
fuese de madrugada, ellas despertaban con alegría
y todas las aves entonaban la mejor melodía.

Barquisimeto Venezuela 06/08/2022.
Autor: Adjunta Omar Ramón.
Reservados los derechos.p/1256.