CUANDO LAS PALABRAS SEDUCEN


Hay momentos en que la palabra se niega a hablar disfrazada. Mucho menos cuando la vida, vestida de sangre caliente y poesía, vino cerca de mi, rozándome con su aliento para recordarme que, pese a mi renuncia, aún le pertenezco.
Y debo confesar lo que me sorprende
El halón desde la cintura
Yo
Que reposaba indiferente
En mi sepultura
Ahora debo hablarte
Sin pronunciarte
Oculta e inaccesible escarbo en tus frases corteses y sedientas como las mías, con la sed que arrastro por vidas, buscando causas, estremecimientos, las caricias que, en nombre de tus manos, dejaron tus palabras en la piel otrora dormida...
Y tú que no sabes, di
Después de la tormenta
Que dejaste en mis días
¿a quién importa la realidad?
¿qué argumentos tienen
la verdad o la mentira?
Ah, si ésta es la fantasía
Bienvenida
Si llega a decirme que
Todavía estoy viva

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