Continuidad.
Si no me hablas me marchito,
se vuelven amarillas mis manos, mis pies,
y es como si la luz de luna nunca llegara a mis ojos
y estuviera ciego, siempre, siempre.
Si no me hablas se me esfuma la cabeza,
y mi corazón se hace un nido de alacranes,
donde hubo un ave que ya nunca volverá.
Si no me miras me ahogo en un pozo de nada,
No raspes mi boca con tu ausencia de palabras,
con las uñas sordas del olvido.
Y aunque dure inviernos dormido nuestro abrazo,
yo te espero con vida,
con lo poco que me queda de ella,
yo te espero,
flaco, hambriento, frío,
yo te espero.
Y con el mínimo roce de tu dedo más corto,
renazco otra vez,
para seguirte esperando,
por siempre, para siempre,
lo que sea de eternidad.
No me dejes amar tinieblas mi amor
que me marchito.
Conoce más del autor de "Continuidad. "