Ciclos de la vida

Todo tiene un principio,
medio y fin;
y todo se renueva,
todo vuelve a nacer.

El sol que nace a la mañana,
llega a la cúspide al medio día
y muere al atardecer;
lo mismo decir de la luna
y las estrellas;

de las plantas,
los animales
y del hombre;
el hombre que nace,
crece en su infancia-adolescencia,
llega a la madurez,
luego a la senectud,
y finalmente muere.

Más donde murió aquella planta
nació otra;
en el mismo campo
donde murió aquel animal,
ahora viven sus crías;
en el mismo árbol
donde anidaba aquel pájaro que murió,
ahora cantan alegre sus polluelos;
todo se renueva,
todo vuelve a nacer.

Aquel caballo que murió,
sus restos,
sirvieron de alimento al pasto,
que ahora alimenta a sus hijos,
y luego alimentara
a los hijos de sus hijos,
y así por incontables generaciones;
todo se renueva,
todo vuelve a nacer.

Así que si yo me muero mañana,
no te asustes,
no temas,
no tengas miedo,
ni lastima,
porque ciertamente
volveré a nacer
todos los días
en ese sol
que se levanta por la mañana;
en la planta que vuelve a nacer
en tiernos brotines,
exactamente en el mismo lugar,
donde otra fue arrancada;
en los hongos que brotan
en las recónditas cavernas,
en los polluelos de las aves
que rompen el grueso cascaron
de los huevos;
en el cachorro del zorro salvaje
que abre la matriz de su madre;
en la crisálida que sale del capullo
trasformada en alada mariposa;
en los rápidos del río,
que corren continua e incesantemente;
y hasta en la luna
y las estrellas,
que salen todas las noches;
pues todo se renueva,
y todo vuelve a nacer...

(12/05/2018)