Canis Majoris

Canis Majoris

Surgió la silueta añosa, vociferando acrónicos sueños
Tomo una vara, miro el cuerpo y vio sus fractales alas, formo una elipse
Según protección antigua contra lenguas murmuradoras,
Hermano mío ¿Quién será el hombre que no haya blasfemado en contra de su deidad?
La niña salió y con ojos sacros miro la “bestia”: una mariposa entumecida, enmohecida,
Y camuflada por la mañana nublosa.
La vieja miraba a la párvula con acerados ojos mientras colocaba las roídas alas en el brazo
Carnosamente leñoso de un limón.

A si pasaron las oras (pudieron ser días o vidas) poco importa cuando el destino repta a cumplirse.
El lepidóptero erguió el tórax derritiendo sus sentidos por la llama de un sol recién parido,
Entonces tuvo recuerdos Flash de su metamorfosis,
Remembro las persianas a media luna de un enamorado sollozante por su primer despecho,
Y surco a pelo el viento rumbo a la maraña de cables y antenas de alta tención,
Sintió la oración emitida un milenio atrás de un guerrero; dirigida al Gran Hermes
Y surgió su primer pensamiento estructurado de dos imágenes vida-muerte.
Mientras el Ave rapas la capeaba en vuelo y tragaba; sus restos yacían de a pocos dentro de su molleja. No pude evitar un eco de vida epiléptico donde: Mu Cephei consumía a Canis Majoris,
La muerte también se preña en vuelo (recuerdos del águila).