Autoclave
El ardor excruciante,
Segundos antes del apagón.
El manto deshilachado,
De estrellas desnudado,
Que tirita por compasión.
Un vórtice lugubre,
De gigantesca voracidad,
Que vive en la mendicidad.
Ruega por astro menor,
Sentado preso del hastío,
Atrapado en la apatía,
El niño con corona de hueso,
Hace óseos juguetes de astilla,
Mientras afuera grita el mar.
Su mundo ya no existe,
Es el recuerdo de un recuerdo.
Las mareas lo visten,
Le cantan nana los cuervos.
Una imagen de eterna estacidad.
Nada aflorará en este suelo,
Que muere bajo sus pies.
Sus tiernos ojos se cierran
Y mientras el frío lo aterra
Cuenta hasta diez.
Y las olas sigues su curso,
El impulso muere en la rocas.
Sobre su cabeza sempiterno rota
Un halo de victoria y derrota,
De su boca brota una canción.
"Donde estará los ríos,
Cuando ya no exista el mar.
Donde existirá el mar,
Cuando no estén ya los ríos.
¿Dónde estarán?"
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