Día 1

Día 1

Bendito bosquimano austral que en tu senda orbitan
Las realidades de todo andante de este universo,
La mente universal ha puesto su índice en ti,
Dejando que el peregrino bese
El báculo sagrado, báculo de tres nudos
El cual mi espíritu alaba y profesa.

Si caigo, como es sabido en la senda del hombre,

No permitas levantarme si no es con la lírica de la sabiduría
No permitas que mi alma caiga en el éxodo
De creer en deidades que bostezan y flagelan.

Y si mis ojos mirasen como Moisés la tierra prometida
Sin la promesa de sembrarla, permite a mi brazo guerrero
Emprender el combate y derrumbar realidades.
Y tal como la noche se embellece con los astros
Permíteme embelesar mi boca con el silencio
Y la métrica de la palabra razonada fundiéndose en equilibrio.

Si en la penumbra del combate retrocedo dos pasos de los tres que avance
Permite a este uno redimirse con el canto del vencedor.
Si el fango seductor del vicio me llama, transmútalo con la espiga sagrada
De la templanza.
Y un que se lancen conjuros y hechizos en mi contra, permite que mis ojos viriles
Arrojen al fuego las zalamerías y se vuelvan cenizas.

Y Halla en el rincón del árbol donde mi vos te invoque
Con ritos hebraicos,
¡Evolución: es el júbilo y el canto!
¡Evolución como cimiento de roca para este día 1!