-Asesino-
¡Silencio!
Era su temor lo que hacía que
mis manos sudaran y el corazón eufórico
palpitara, llenando de adrenalina todo rincón
del cuerpo ante su mirada.
Los gritos taladraban mis oídos, llegando
hasta los oscuros pensamientos de mi propia
desesperación y callé su voz con mordaza,
dejando en su frente un beso.
A
grande placer, de poseer en mis brazos el
cuerpo inerte de quien lloraba por su vida
y ahora solo duerme el descanso eterno.
Gritan aterrados al verme pasar, en los pasillos
de sala, donde me ajusticiarán y solo miro
al frente con semblante frío, carente de sentir.
Culpable es la sentencia que me llevará a descontar
pecados con la inyección letal.
¿Qué les hace diferente de mí?
¿Quién es más asesino?
Yo mato a sangre fría y ellos se disfrazan
de justos para ocultar sus corrompidos deseos.
Mírame con atención que soy tú reflejo,
lo más perverso que tú no te atreves a explorar,
no verás a un señor, solo un hombre que necesita
matar para vivir.
-AGR-
Conoce más del autor de "-Asesino-"