Anoche fallecí
Anoche fallecí,
la luz tiñe mis párpados sellados
bajo el vacío polar de mi inocencia
nacen abiertos espejos en mis ojos
bebedores de futuros cantos de agua
mezclados con el rocío del albor boreal,
en el desliz de tu incandescencia
mi corazón humano duerme
ahogado al respirar tus perfumes
de amor incondicional sin fin,
incendio de tus verdes luceros
desgastados por los gritos
de tus labios perezosos,
estudiados por las favilas del búho,
escribiente eterno de la noche.
No me siento sola
pues en la calma nace un tesoro,
la esperanza,
aquella nunca muere
entre los cristales del aire fúnebre
de un mundo tan vacío
pendido del silencio de los sonidos
del musgo salvaje que en cada estrella progresa
escondida en la amnesia del universo,
esa esperanza que tus labios me regalan
al sentir su silencio con tristeza
Quiero respirar,
quiero palpitar,
quiero recordar,
quiero bendecir este amor
en la esperanza de volver a sentirte...
Aunque el búho me abandonó anoche.
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