AMOR, PASIÓN Y OTROS ESPÍRITUS

Tú tienes tus razones,
blanco sobre blanco,
la violencia entre tú y yo,
tu interpretación de lo pulcro y el ritmo vertiginoso de tu fe.
Pero siempre te encuentro así, entre personas rotas explotando, observando un amasijo de tripas
y columnas vertebrándose, confundiendo la sed con el hambre.
Para tí,
la poesía como un juego incapaz, una inserción prometedora,
pero ni la ciencia ni la fantasía podrán curar tu ceguera.
Ya conoces mi historial,

y hago todo lo posible
por mantener mi promesa.
Un día preguntaste:
-¿Pero no sabes estar muerto?.
Allí encontrarás toda clase de almas.
Espíritus en sus harapos de luz,
espíritus llorando frente a sus órdagos en odio, espíritus libres, espíritus sedientos,
espíritus de arena, espíritus de cielo,
espíritus de mar, espíritus de fuego,
espíritus cortantes, espíritus de hielo,
espíritus errantes, espíritus violentos,
espíritus cobardes, espíritus en sangre
y hasta inocentes espíritus con cuerpo-.
Yo sabía que debíamos reanimarnos y rearmarnos, después de todas las cartas de fuego
que corrompían el juego.
Pero tú escogiste un cuerpo resignado al placer mecánico. Ignoraste los anuncios como una niña sorda en un mercado, espantada y aterrorizada ante el espectáculo precario
de las miradas heladas de los hombres ciegos.
Y yo, con el espíritu pragmático de los historiadores, me alisté a las facciones más reaccionarias,
a los enemigos de la tierra, a los detractores del cénit, hombres en acción y mujeres en verso.
Nos equivocamos y alguien más lo sabe.