AMAR EN BANCARROTA

En el epicentro de nuestras existencias
un diluvio nos separa,
tú, alborotando las coordenadas de mis sueños
yo, creando bahías al final del subterráneo
y en qué termina todo este teatro del absurdo,
probablemente en dos besos sin miel
y un tirón de mis ganas,
-vaya manera de concluir un amorío-
Mañana cuando tus ojos abran, al cine,
que es el mundo,

habré dejado sobre la almohada
un hilo de mi borde,
un pájaro onomatopéyico
varias cartas ensambladas con lágrimas
y la última vez que miré tu rostro,
pacifico, en otra dimensión.

Cerraré la puerta al vacío
y me tenderé sobre la inercia,
hasta el día que vuelva
la estúpida, Idea, de amar en bancarrota.

Yaneth Hernández
Venezuela
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