Alquimia de la vida
Alquimia de la vida en un envoltorio terrenal,
Fuego fatuo resplandeciente en la oscuridad,
Vacío lleno de nada que buscar,
Búsqueda inmortal de la única verdad.
Seres inmortales, vulnerables ante lo invisible,
Seres vulnerables, mortales ante lo invencible.
Sólo hay que mirar,
Despertar en un nuevo amanecer,
Para recordar cada tarde que se acerca el anochecer.
Luz y oscuridad una sola realidad,
Confundida por los matices tan opuestos de su verdad.
Alquimia de la vida en un envoltorio terrenal,
Intentando desentrañar cada pregunta,
Abrir cada puerta,
Para así poder saciar su gran curiosidad.
Solo hay que mirar,
Sólo hay que mirar...
Sólo hay que mirar hacia dentro,
Escuchar cada pensamiento,
Y preguntarse que es aquello que siento.
Cerrar los ojos por un momento,
Sentir cada latido,
Sentir cada movimiento,
Y exalar un profundo aliento.
Inspirar,
Espirar...
Sentir el viento,
Sentir como te abraza y recorre todo tu cuerpo.
Mirar aquel árbol como brilla bajo el sol ardiente,
Observar cada detalle de esa maravillosa creación,
Sentirlo al igual que el a ti te siente,
Inundarse de dicha sensación.
Dar cada paso con gran deleite,
Con los pies descalzos sentir atentamente,
Es el Caminar de un ser consciente,
Que siente cada tacto muy lentamente.
Creación divina que aún no se lo cree,
Alquimia de la vida de la que aún no bebe,
Un gran poder aguarda en su interior,
Esperando a florecer cuando escuche al corazón.
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