Ahora

Ahora, que me he perdido en el oscuro engaño

Ahora, que he caído, vaya que he caído,

cual rayo.

Ya no me distingo del polvo y de la niebla.

Ya no me distingo.

M

e evaporo hacia tu tierra, de soles grises y grandes grietas,

que bajan al infierno.

Me evanesco y pierdo el piso.

Te veo desde lejos, siempre te he visto desde lejos.

Y ¿Quién se atreve a no gritar por los condenados?

¿Quién no ha bramado por la muerte de Dios?

Exijo algún zumbido. Un pescado en esta cena.

Exijo concordancia y lluvias torrenciales, en el desierto del Sahara.

Solo escucha una nada, indispuesta a reventar.

¿Por qué ahora?

¿Por qué ahora que te quiero,

y que sé

que tú nunca me querrás?