ACHAQUES DE MI VEJEZ

ACHAQUES DE MI VEJEZ

Serán achaques, lo que siente mi alma adolorida
Que no quiero aceptar de mi cuerpo envejecido
De dolores y quejas de llagas enrojecidas
De caminar pausado y de tropiezos de mi vista ida

Serán achaques, las rabietas de mi loca vida
Me da pesar estar lejos de amigos y postrado en el olvido
Pensar en lo que se me avecina de esta larga corrida

Serán achaques, o el desespero a envejecer
Que saco de tener experiencia y sabiduría
Como quisiera detener el tiempo así sea al anochecer
Desearía salir corriendo y de gentes habladurías

Serán achaques, de mi mente los pasos coordinar
No puedo de mi cerebro terminar tembloroso
Necesito la vitalidad de mi cuerpo, como adivinar
A si sea recordar aquellos tiempos hermosos

Serán achaques, cambiar la sabiduría de la vejez
La vitalidad de la juventud, por todo el oro del mundo
Pensar que se nos olvida lo que hicimos alguna vez
Desmanes por doquier como cualquier vagabundo

Serán achaques, no vivir a plenitud lo que nos queda de ancianidad
Duro es reconocer que para la sociedad, somos un estorbo
Nunca nos imaginamos lo que se nos avecina en la eternidad
Como alentarnos y tomarnos todas las pastillas de un solo sorbo

Serán achaques, desgarrar lágrimas de melancolía
Ver las paredes llenas de diplomas y medallas cualesquiera
Siento que se me va mi cuerpo, no poder bailar una melodía
Ya no siento ver mis orines derramar como cualquiera

Serán achaques, ver mi cuerpo sudoroso temblar
Mis ojos desorbitar, como si quisiera morir
Ya no caben más lágrimas en mis cuencas brotar
Ver por la rendija a mi vecina, en bata salir

Serán achaques, gritar al asilo no quiero ir a parar
No quiero ni imaginar ver a mis amigos y compañeros pasar
Ni pensar en la soledad y el letargo me han de matar
En verdad no quiero, ver mis huesos tirados sin un funeral.

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla