Abjurar

Abjurar

Cual sed sobre la fulgente mar
ausente saturación de vehemencia.

Al frente un boceto cárdeno,
un designio del jardín de las mieles.

Un llanto adentro del alma
sazonado de insatisfechos cantos.

S

ólo el ensueño antecede a vuestra llegada;
anhelo, del fruto de mayo
de verdores deseados;
y la carencia como sucesor.

Abjurar
ante la palidez del silencio
que cede estrepitoso,
al temor de la ternura
de los acentos manantiales.

Un ardid
de los grises vientos cercanos,
que transformasen un humo momentáneo.

Deliberadamente os he renunciado…
con las entrañas mutiladas
del seco pasado.

Con el frío como duelo,
y la sobria carga, como ebriedad del desvelo.

Mudando al silencio
por callejones serenos;
pasado mi siglo de tantos ensayos,
al pecho abierto.

Autor: Gabriela Ponce de León
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