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Nuevas personas habitan la vieja morada.
Los recuerdos asaltan a mi memoria en la evocación del pasado, los carbones que arden, las cantatas hasta la madrugada, el compadre en el arpa con su prosa bien hablada. Historias que se narran de la patria estancada con los nuevos comienzos de la educación renovada.

La mujer quita maridos en sus carcajadas preparando la adobada, el chimó embarrando a los descuidados con su dulce fragancia, marcando los invitados, mis orquídeas solas en el guanábano esperando florecer para fantasear en el patio. En el baile del joropo zapateando el más pintado, veguero por
excelencia con su pareja trancado.

Comentarios en la razón de la reminiscencia con la sensibilidad de mi compañera. El tiempo no vence a los años de las vivencias, enteros en la conciencia donde la religión
es la reunión de la familia.

D

Marta Sánchez

Edgar Tami

Barinas, 17 Octubre 2007