Zafiro
Cabía suponer
la simetría del orden;
las escenas fotográficas a cuadro
a bordo de navíos transparentes.
El occidente fuera y el oriente al interior;
una alforja repleta de mapas
en dirección convexa a la cordillera.
Iniciación
y la fina cortesía, emergida en la mirada.
El origen expiado
tras cada abrir de jaulas restrictivas;
al sabor de migajas envenenadas,
y la permutación aliento de vocales.
La opresión
de los conceptos limitantes
encontrados en las aulas del arca,
y marcas fuelles tatuadas en el cuerpo,
por la conquista avanzada a contra viento.
Una obstinación a la dirección mundana
de cada camino creado;
peregrina desnudez de la lengua.
¡Un zafiro intrínseco!
Pulsando los sentidos
embotellados en el índice,
durante las estaciones cronológicas.
En tanto el alimento
sea el abrigo de cada luminaria en el vasto Cosmos,
y siga de pie la pirámide del legado perdurable.
En el antes y en el ahora,
cuando el templo de Lhasa sea la máxima expresión de la espiritualidad.
El zafiro interior seguirá latiendo
enlazando los pasajes,
desplegados en la creación
para aquellos que nos escuchan.
ϴ
Marzo 23, 2017
© 2017 Gabriela Ponce de León, La Dama Azul. Todos los derechos reservados
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