Versos en mi ombligo
Primero dile que fuiste mío
cuéntale que, con un susurro,
tú me entregabas tu espalda.
Y que con un gemido
convertías mis piernas
en desembocaduras de ríos.
Cuando con fuerza tomaste mi cabello
y lo sujetaste fuerte sobre los cuatro escalones
de una escalera al fondo de un pasillo.
Me arrancó las bragas,
inclinó mi espalda
y me dijo al oído:
esta noche, TODO, es mío.
Y me llevó al mismísimo cielo
de un solo estallido.
Con mis bragas silenció mis labios y gemidos
me impidió darle un beso
me puso a morderle donde va el anillo.
Me poseía con ataduras,
y yo quería follar la boca a versos,
me hizo el sexo,
me lo hizo con sus rezos.
Esos que hacía en mi ombligo,
cuando reza en mis pezones y le miro.
Cuando parece vacío.
Cerrando los ojos con fuerza
y con la punta de la lengua
reanima los suspiros.
No alcanzó la luna a ver,
que en la mañana de ayer ...
Me preparaste un café.
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