Bajo el sol de Quisqueya

¡ Un homenaje al hombre y a la mujer del campo en la República Dominicana !
Oriundo soy de una Isla,
que llevo siempre conmigo,
por aquí por el Caribe,
se llama Santo Domingo.
Aquí el hombre se levanta,
con el gallo cuando amanece,
y con cachimbo machete y hacha,
Se va a la loma cantando,
y silbando va todo el día,
para dejar en el arado,
y en cada surco una melodía.
Mujer que labra la tierra,
y cosecha frutos sabrosos,
le dá ternura a sus hijos,
y hace el campo oloroso.
Mujer que lleva en su falda,
el ritmo que la embellece,
dibujando el sacrificio
con el sudor de su frente.
Allá a lo lejos se escucha,
el repique de un tambora,
para celebrar la lucha,
que de sol a sol se atesora.
También se escucha el sonido,
de una güira que entretiene,
convocando a los amigos,
entre los atardeceres.
Al otro lado resuena,
el eco de unas maracas,
bajo una noche serena,
de cantos, risas y esperanzas.
Al Sur se escucha un jaleo,
Este Oeste y Cibao,
es el famoso acordeón,
que completa el Perico Ripiao.

Conoce más del autor de "Bajo el sol de Quisqueya"