Vengo

Vengo
Vengo hoy, hace siete días
Y dentro de siete días,
Y los días que quedan
Para el resto de mis días.
A este rincón del mundo,
Con sus cálidas bienvenidas
A declamar mi poesía.
Vengo
A cansar mi mano,

A desgastar mi pluma,
A liberar mis adentros,
Mis pesares y anhelos,
en forma de escritura.
Vengo
Exento de abrigo
En el frio invierno,
Sin turbante en el desierto,
Sin máscara que me cubra
En carnavales venecianos,
Transparente vengo
A este rincón del mundo.
Vengo
Vengo hoy, vine ayer
Vendré mañana cuando
El pasado corra lejos
Y el presente muera
Entre suspiros cansados.
Vengo
Vengo a cada estación del año
Pisando el reciente follaje
De abedules y castaños.
Acariciando la efímera nieve
Antes de florecer los geranios.
Vengo
Confuso y desorientado,
Escalando embravecidos mares
Y nadando crestas de montaña,
Escribiendo en la palma de mi mano
En la piel de mi antebrazo
Recuerdos olvidados,
Cada imagen del pasado.
Vengo
Enaltecido por mi sangre
De reyes antepasados,
De erguida mirada observo
Que las nubes
No ensombrezcan mi paso.
Vengo
Cual reo condenado
Escapando a su castigo,
Engrilletado al abismo
De sus pecados,
Arrastrando la piel quemada
de sus pies descalzos.
Vengo
Cual foráneo extrañado
a este rincón del mundo,
Tan pequeño y nimio
Y a su vez, tan gigante y vasto
Capaz de albergar
Millares de historias,
De cuentos y relatos.
Vengo
Falto de sentidos
Ciego, sordo y mudo
A fin de desgastar mi pluma,
Firmar mi huella
Y partir…
A otro rincón del mundo,