Vendrás conmigo siempre
Nuestros nombres tatuaste
en un árbol centenario...
con dulzura, prometiste;
amor, longevo y cierto.
La mano ardiente al pecho,
y mirándome de frente...
cientos de veces, ¡Te quiero...!
me juraste en un instante.
E
nosotros, siempre valientes.
Se aferraban nuestras manos...
paso firme y adelante.
A las pruebas del destino...
tú, carcajadas siempre.
Que sabiéndonos unidos,
todo, era posible.
¿Dime, qué es lo que ha pasado...?
¿Es que hubo otro hombre?
A ese árbol, le cuento...
yo, te querré siempre.
Yo te sigo esperando...
cada tres de diciembre,
con champagne en la mano...
ayer, hoy... tuyo siempre.
Este año te espero...
mas ya sé que no vienes.
Sé que no hubo otro hombre,
que robara mis besos.
Hoy sé que los ¡Te quiero!
que a los vientos clamaste.
Con el paso del tiempo...
se han hecho evidentes.
Hoy sé que hubo motivo...
y de fuerza notable,
que te alejó de mi lado,
aquel tres de diciembre.
Grito al aire... ¡Perdón!
di dudé por un instante,
que tu blanco corazón...
me fuera fiel siempre.
Embriagado... Todo llantos;
te busco en las nubes.
Sé que estás en el cielo;
que me quisiste siempre.
He sido tarde enterado
de tu trágica muerte.
No busqué antes... por miedo,
a perderte para siempre.
Y prefería esperarte...
junto al árbol tatuado;
frente al que declaraste...
estar, siempre a mi lado.
¡Te quiero, te quiero!
Te he querido siempre.
Siete años he pasado,
contigo en la mente.
Estoy solo y contigo.
Es verdad, lo conseguiste.
Nuestro amor se ha echo eterno;
vendrás conmigo siempre.
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