Un mensaje desde la escuela
Me hallaba encerrada entre los barrotes de lo incognoscible y al lado el consuelo del gato. Cuando desperté me encontraba en una ciudad donde todo estaba en movimiento y eso daba tanto miedo porque sabía que el cielo nos observaba con el sigilo de la noche.
Encontré la metáfora de las flores y me ví envuelta por esa idea cada vez más subyugada en la mente.
Como percibir el silencio como amigo, justo cuando el tiempo sigue su curso llevándose todo consigo. Cómo contemplar el abismo de la sombra sin los afanes de la vida sobre este espacio- tiempo.
Llevo años enfrentando mis miedos a no ser suficiente hasta que comprendí que tenía que parar a remover todo lo que no me ha pertenecido porque finalmente no pertenezco a esta casa o a esta ciudad, me colé en los corazones, pero algún día tendré que partir llevándome mi esencia y fundiendo sobre esta tierra las enseñanzas que tuve.
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