Tócame.

Tócame y deja fluir el tiempo en un bucle infinito,
Mientras cada vello se escarpa y se yergue bajo el influjo de tu tacto.
Tócame para que cada poro sienta con pudor la magia de la existencia física, y cada neurona cumpla con su función psicomotora.
Tócame para que las partículas puedan moldearse a tu estructura, y se combinen por un breve instante a tus átomos visibles para los lentes microscópicos de la más alta gama.
Tócame y hazme consciente de la energía y su flujo convexo omnipresente en todo el firmamento.
Tócame y sígueme tocando, hasta que olvide que existen las penas, las injusticias y las maldades.
Tócame mientras existan aguas en los mares, mientras el hidrogeno se siga combinando con el ozono, y la atmosfera converja con el horizonte que se rompe con la luz del sol.
Tócame mientras la luna sea la preferida de las poesías, y las mujeres den a luz.
Tócame al cabo de que el té se sirva en la mesa, y después de que se absorba.
Tócame mientras los monjes rezan, mientras los pecados se cometan y los perdones se pronuncien.

Tócame mujer que mientes con la misma delicadeza con la cual me susurras un ‘Te Amo’
Tócame mientras mi cuerpo material existe, y sea palpable, hermoso, joven.
Tócame aun cuando esté enojado y mis cejas se alcen junto con mi orgullo.
Tócame mientras los ángeles no emitan sonidos, y en el bosque florezcan las flores.
Tócame, átame, cuídame.
Porque no tengo escondites cuando se trata de tu sonrisa, y se descifran los misterios religiosos del Dios que nos mira.