Sólo mía

En el semblante de la noche,
fuego triste,
que quisiste separarte y encontrarte,
como roca que provoca ver el fondo del abismo,
cayendo en un cráter sin fondo.
Cielo esquivo,
misterioso y selectivo
que me haces indigno,
del designio de aferrarme
Y si bien no me concierne,
fuego raso
como gotas en pedazos,
de un destino tibio y turbio
de un volcán en erupción,
espectáculo nocturno.
Mi ilusión, se desparrama,
y la tristeza cruda llama,
toxina pura,
me niega la cura para la melancolía,
y el infierno me llama...
Fantasía...
de tenerte en mi calma,
de rozarte la boca...
y de fabricarte un abrigo
con mi piel acerosa,
que tornase rosas
cuando estoy contigo.
Hoy volveré a cerrar mis ojos en soledad,
pero no se desangrarán en ese instante,
porque, aunque amargamente temporal,
en mis sueños eres sólo mía por siempre.

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