Sobre seda.

El problema comenzó cuando en vez de quererte bajo sabanas de seda, te empecé a querer entre mis brazos, cuando deseé que las noches fueran eternas, cuando quise tus caricias y no tu piel, cuando convertí la hiel en miel.
Comenzó cuando empecé a pensar en la idea de verte de día, a querer no tu cuerpo sino tu compañía, cuando una loción se convirtió en aroma o cuando Roma estuvo a Cm de mi.
Tal vez comenzó cuando al verte ya no veía al cielo, no podia mirar el suelo, miraba tus ojos y no las estrellas ¿te acuerdas de ellas? Yo no las vi!, tal vez cuando cometí la intransigencia de verte sonreír fue cuando te llevaste mi sueño y ahora no puedo dormir.
Quizá comenzó con el cigarro que nos fumamos, o quizá con el café que nunca nos tomamos, con todo aquello que dejamos que pasara y si me equivocara prometería no decirlo mas.
Comenzó cuando deje de recostarme sobre seda para desear dormir sobre tu pecho ¡esta hecho! No hay modo de hacer al tiempo dar marcha atrás, pero verás... no puedo hacer de esto un disfraz...