Silencios

Yo casi había muerto
cuándo mi mano
buscó afanosamente la tuya
en medio de la penumbra
Los minutos eran eternos
el tiempo se deshacía en silencios
y mi dolor viajaba en el viento
con los bolsillos llenos
de tristezas y recuerdos
y dormía en las piedras

en los quicios de las puertas
en la estancia y en mi aposento
El dolor estaba en cada rincón
de mi casa, de mi alma y de mi cuerpo
Entónces la luz de tu mirada
la luz de tus bellos ojos verdes
convirtió en cielo mis infiernos
y mis pesadillas en plácidos sueños
la tibieza de tus manos
acarició mi rostro y mi pelo
y encendió sólo para mí
todas las estrellas del cielo

Sandra García Tenorio
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