Reguetón después de muerto
Llegué a fronteras no delimitadas,
quizás por inmadurez o por desafíos,
al filo entre el alba y las madrugadas,
en veranos de calor e inviernos de frío.
Siempre anhelando lo que no tenía,
ese inconformismo que nos devora por dentro,
entre benévolo y tiranía,
planeando reconquistas de futuros encuentros.
defensivo o al ataque,
en el cielo o en el lodo,
fallando, acertando, ha habido de todo.
Viendo en el espejo lo que nadie ve,
los ojos siempre amigos que echan una mano,
los días pesimistas no me veo los pies,
centímetros que pierdo sin llegar a enano.
Futuro incierto en planeta extraño,
madero flotando en un mar revuelto,
me duelen las canas, pero no los años,
bailen reguetón después que haya muerto.
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