QUÉ FUE

Qué fue de los alegres días,
qué de los mayos floridos,
qué de aquello que ofrecían,
qué de los amores tenidos.

Qué de los juegos con gozo,
qué de los juegos de niño,
qué de aquel beso amoroso,
qué de tu rojo corpiño.

Qué fue de aquellos veranos,
qué de las rosas y abrazos,
qué de los intentos vanos,
qué del vestido sin lazos.

Qué de aquel encuentro a solas,
qué de la tarde sudando,
qué de aquel rumor de olas,
qué de aquello, dónde y cuándo.

Qué de aquel gemido al aire,
por su sabor ignorado
ofrecido con donaire
en un abrazo apretado.

Qué de aquella juventud
que adueñarse pretendía,
de tu forzada virtud
que su fruto me ofrecía.

Qué de tantos locos sueños,
todos esquivos y raros,
qué de los vanos empeños
para poder abrazarnos.

Aquí, decrépito día,
me sumerjo en lo que fue,
la vida en la que creía.

Hoy que hago cuenta y caja
de cuanto pude ganar,
nada de lo que sumé,
nada me podré llevar.