¡Qué extraña suerte!

¡Qué extraña suerte!
¡Qué luminoso instante!
Así, de repente,
en este andar errante,
cuando se abren los ojos a lo que no se vio antes,
a lo que nunca fue evidente,
a lo que jamás, importante,
para que aparezcas tú
cuando más necesitaba encontrarte.

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�De dónde sale la luz,
de dónde, la magia,
de dónde, el todo y la parte,
y cuál es la sabia
que alimenta al artista y su arte?
Y de nuevo apareces tú
cuando más necesitaba encontrarte.

¡Y dónde ir cuando muere la esperanza,
dónde, cuando el cielo no es azul
y en el mar las olas y el viento olvidan su danza,
dónde, si nada se deja atrás y nada espera delante,
dónde ir si no apareces tú
y no hay lugar en el que encontrarte!