Prosa: Un vagabundo muy especial.
Cierto día, un niño observó a un vagabundo sentado a la orilla de un camino, e intrigado le preguntó; Señor, ¿usted dónde vive? ¿tiene usted casa?
A lo que el vagabundo le respondió; ¡Claro que tengo casa, vivo en un planeta muy hermoso llamado tierra!
Y... ¿Es de Usted?
_Sí, sé que muchos están intentando comprarlo en partes, pero creo que no han terminado porque aún sigo aquí, no me han echado.
¿Para qué sentirte dueño de una propiedad si puedes sentirte dueño del mundo?¿Para qué encerrarte en cuatro paredes si se puede disfrutar del campo abierto?
Como añoro esos días de mi niñez, cuando la inocencia me permitía disfrutar del campo abierto, de la naturaleza, del agua del río al nadar, sin ninguna preocupación muy propias de un adulto con responsabilidades.
E
Mi niñez fue así, en la condición de familia de campesinos que fuimos... Es bello el recuerdo de el trayecto al ir a dejar el almuerzo a mi papá a la parcela, y el ir a nadar todos las tardes al río, muchas aventuras junto a mis hermanos, por eso:
¡Mi alma de vagabundo, me dice que mi casa es el universo mismo!
José Ángel Guerrero Hernández
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