¿Por qué?

Yo no sabría por donde empezar
a comentar mis tristezas
porque esta rutina perfecta
un resquicio en su círculo no deja entrever.

Es como si uno no se perteneciera
como si la voz se cansara de buscar un oído
como si una cabeza agachada ya nada significara
y en tanto uno sólo actúa mientras ve a los demás vivir.

Y

esta sangre que una vez hirvió
esos sueños que tuviera yo
se enfrían, son encautados
y queda una piel sin debajo estar yo.

¿Por qué hombres, por qué hombres
dejan de ser hermanos, de escuchar y de ver
y de abrir el corazón a otro corazón?

Pero mientras tenga venas, horizonte a mis anchas
y una piel donde habitar
Yo volveré a sentir.
Yo volveré a soñar.
Yo volveré a vivir.