Pero qué puedo hacer.


¿Pero qué puedo hacer, si mi voz enmudece
y mi alma ya no vibra ante el crepúsculo
admirable de la tarde, cuando la luz
que tánto me alumbró, se apaga lentamente
y el trino armonioso del jilguero se pierde
por los montes, como un eco muy lejano que se
hunde en los pozos absolutos de mi mente
¿Pero qué puedo hacer -dime-, si me falta el
impulso de tu ardiente catapulta, el brío
la proa destrozada de mi alma…,
tu horizonte azul, -el beso iluminado- el soplo
de tus auras, el puerto de tu pecho, el roce
tan suave de tu boca y de tus manos...?
¿Qué puedo hacer, si las horas no son mías y
mi hoguera ya no existe…, si mis sueños se
me escapan como el humo de la palma de
mis manos…?
¡Qué puedo hacer…, sino esperar a que vuelva a
renacer un nuevo día, el claro albor de la
mañana, la luz más pura y limpia, que me
infunda la pasión para quererte y me
llene de ilusión para soñarte!
Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

Conoce más del autor de " Pero qué puedo hacer."