Ojitos flacos


¡Ay! Cuánto niño encerrado
en tu cuerpito esperando
y Cuánto niño ultrajado
llora en tus ojos de barro.
Saquito negro y marrón
remendado en todas partes…
Y remendando tu hambre
vives trotando la calle.
¿Se conmoverá algún árbol
¿Le dolerá a las estrellas
tanto frío amontonado?
¿Qué puedo decirte, niño,
de sueños deshilachados?
¿Qué tu hambre será el pan
de algún señor diputado?
Para salvar tu abandono
no habrá limosna que alcance
porque hay pedazos de niño
tirados sobre las calles.
Un cuerpo vacío de besos.
y besos hartos de nadie…
¿Qué doctor podrá curar
de tu alma las heridas
si tus nanas son tan grandes
que te han vaciado la vida?
¡Ay! Niño que vas descalzo
pateando restos de espanto
hilvanando los silencios
de juguetes mutilados,
déjame alzarte en mis ojos,
quiero alcanzar tu mirada
y colgarla en cada rostro
que por este mundo pasa…
y en vez de trotar las calles
mendigando la esperanza,
puedas jugar como niño
y reírte a carcajadas.
Conoce más del autor de "Ojitos flacos"