Patrón de un Mundo Paralelo

Siento.
Siento y luego pienso.
El problema surge cuando no sé bien qué siento.
Porque entonces no sé qué pensar y mi cabeza se hace un lío.
Literalmente un vacío.
Por eso siempre me pregunto:
¿Qué estoy sintiendo?
Y la respuesta siempre es la misma:
Ecos.
Ecos de llantos, risas, gritos o palabras de amor.

Ecos antiguos o nuevos.
¿Pero de dónde vienen los ecos?
¿De afuera o de adentro?
Tal vez ambos, a veces pasa.
Afuera, adentro, afuera, adentro…
Sí, a veces pasa.
¿Cómo distinguirlos?
¿Sentimientos de otros, o sentimientos míos?
¿Cómo separarlos?
Hasta con años de práctica a veces se confunden dentro mío…
Y entonces exploto.
Mi alma se hace un ovillo.
Mi corazón es un fiasco.
Y mi capacidad de analizar se reduce a cero.
Y lloro, amo, odio o río.
Y me pregunto ¿ahora por qué causa lloro, amo, odio o río?
Y ahí llega a mi mente otro problema: ni siquiera lo sé.
Entonces pienso.
Ya no siento, pienso.
Pienso, ¿cómo poder utilizar esto para el bien?
¿Cómo poder ayudar?
¿Sacar a la luz quien soy, o en una caja guardarlo?
Pienso.
Y me doy cuenta de que en realidad tengo miedo.
Miedo de que las personas que más me importan se alejen de mí.
Que me tengan miedo.
Y me pregunto, ¿cómo controlar todo lo que siento?
Decido sonreír, tragarme las lágrimas.
Para que nadie note lo que siento.
Y es que no quiero que nadie se entere.
No quiero que me vean y se alejen, o que me llenen de preguntas, o que susurren a mis espaldas un suspiro acompañado de un pobrecita.
No quiero ser la consejera predilecta, no quiero ser la rara del grupo, no quiero ser la que tiene el don o la maldición.
Quiero ser una niña normal caminando por los pasillos del colegio…
Y sé que no voy a lograr serlo jamás, pero para los demás lo soy.
Y decirlo en voz alta, lo haría real.
Por eso lo guardo, por esos segundos en los que soy una ingenua y me creo mi normalidad.
Porque valen la pena.
Y cuando me convenzo de que así está todo bien,
Cuando me convenzo de que no hay nada malo en ser como soy,
De que el fuego de todos los sentimientos no me convertirá en cenizas,
Pienso y siento.
Y todo se mezcla.
Y todo es demasiado.
Y ahí comienza el verdadero reto.
Mantener la calma.
Concentrarse, concentrarse.
¿A quién quieres sentir?
¿Por cuánto tiempo?
¿Qué tanto de sus sentimientos?
¿Solo sus sentimientos?
¿Por qué?
Concéntrate en solo sus sentimientos…
Piensa, siente…
Piensa, siente…
Y ahí es cuando ¡BOOM!
Despierto…
Sí, despierto como si todo hubiese sido un sueño.
Y la tormenta pasa, sí, pasa…
Y llega la paz.
Pero desearía que hubiese sido un sueño…
Porque sé que en algún momento volverá a comenzar…
Siento.
Pienso.
Siento y pienso.
Pienso y siento.