Paraíso terrenal

El ocaso se dibuja bellamente
sobre las ruinas olvidadas del ayer.
Sus cristalinas lágrimas lentamente
caen en los rostro del anochecer.

Caricias que se pierden con el hastío.
Lejanía constante de tristes restos
que deambulan perdidos en el vacío.
Las eternas sombras de ángeles caídos.

T

u oscura añoranza se empeña en borrar
el Paraíso terrenal del mañana.
Siempre, aquella insólita costumbre vana
de infinitos Dioses que besan el tenue mar.