Oscuro

Perdónenme, a veces no puedo cantarle a la vida en mis letras.
A veces se me acaban las luces y la penumbra me envuelve y me absorbe como una nube de humo
Que me evapora en la más pura y nefasta crueldad del ser.
Donde las emociones confluyen con cada vivencia amarga que corrompe, flagela y adormece,
Cada partícula lumínica que enardece el corazón junto con las meditaciones que se
Suicidan estériles, forzadas por la espontanea malicia de la existencia humana.
Entonces, yo, como un sueño perdido en la memoria del letargo profundo,
Me sumerjo en la desesperación de ver mis metas desaparecer en la oscuridad del horizonte orgulloso.
Ahí, donde yacen las lágrimas saladas de aquellos de los que la vida suele burlarse,
Naufragan sublimes, mis deseos secretos.