Opacidad
Líneas que miro, que observo,
superficies ásperas que toco,
cortezas delicadas que rozo,
vivencias que, sin profundizar,
se saben en las tripas,
se sienten en la cabeza,
como un dolor,
como una punzada,
como la melaza de la indecisión haciendo que no avancemos,
o lo hagamos tan lento,
como un pertinente paso en un lugar que no se percibe,
que se imagina,
que se visualiza, levemente,
que se modifica con la fiereza de un nuevo e inesperado día,
y que se vuelve aroma de una fuerte emoción...
Los pasos ya no son,
el viento me envuelve,
me quita la cáscara petrificada que antaño fue mi cuerpo;
el perfume de un futuro ilusorio,
y un futuro verdadero pintarrajeado en un muro milenario.
Soy una sombra y luego el reflejo de la luz
que se escapa por los resquicios de un pensamiento cerrado.
No hay camino,
solo las campanadas lejanas de una iglesia hecha toda de ecos y recuerdos.
Mi identidad hecha de pétalos y verdes decisiones,
como un jardín a la sombra de un árbol indiferente.
Una sonrisa en la gravedad que me atrae,
que me deja justo debajo del cielo.
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