Ojalá

Ojalá el tiempo indetenible hoy se detuviera, que su interminable marcha me diera changüí. Que encarnara angelado y a mi se acercara, que me diera unos años más de juventud y a si mi virtud pudiera pulir.

Ojalá la esperanza no hubiera perdido, que aún siguiera enamorado de ti, que al mirar tus ojos, lagos serenos, navegaran en ellos barcos de amor, dirigiéndose raudos hasta los puertos dorados que un día habitaron en mi corazón.

Ojalá lo recuerdos no fuera perdiendo, que la memoria trajera mi padre hasta mí, que me diera un abrazo, me dijera te quiero, que una vez más me llevará a pasear; que el cantara canciones y yo lo escuchara, que sus melodías cubrieran todo mi ser y que por un ínfimo momento olvidara que en la vida, a todos también, nos toca perder.

Ojalá las personas no criticáramos tanto, que envés de amargar pudiéramos inspirar, que dijéramos más:
“Buen trabajo muchacho”
Y que diéramos sonrisas sinceras y enormes a quienes se animan despiertos a soñar...