No se negocia.
Pequeñas chispas y humo negro
Una montaña de pensamientos con olor a quemado.
Un inquilino y un árbol arrancado.
Conseguí safar y saltė por la ventana y mí pelo
Largo de enganchó a las raíces que abrazan.
Uvas saltaron como gotas de lluvia
Explotadas al mundo y rotas al caer
Inquisición del espíritu jamás se podrá aceptar.
La magnífica obra importante de la creación
Es invaluable.
Al caer abrí la boca y me
me tragué dos uvas... Glup...Glup...
Eran ácidas como ese vino de los confines angustias Cambrincos insolentes .
Caí en un lago azul y mis pies tocaban piedritas
Pero las plantas de los pies sangraban como los sueños de los luceros.
El espanto de las fortalezas.
No sé puede arrancar él alma.
Porque aunque los huesos sean débiles
El espíritu fogoso no engaña.
Es una piedra cifrada
libre
justa.
Después un poquito de sol
Y quedé dormida.
Al despertar solo ví al juez golpear su martillo
En la cabeza del inconciente.
Todo vacío...
y los libros seguían ardiendo.
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