MUJER HERMITAÑO
MUJER HERMITAÑO
Una paloma blanca con una pluma negra en su cola desde el cielo a mis brazos cayó, era una tarde gris y yo caminaba con la cabeza medio agachada, cosa que no es mi costumbre. Por ser un hombre energético y de mirada franca, siempre camino con la frente en alto.
Desconcertada me miró y de un aleteo alzó el vuelo, trate de que no cayera nuevamente y corrí con los brazos al viento y las palmas de las manos hacia el cielo por debajo de ella.
Yo animando su vuelo sin pensar en que tal vez estaba cansada o herida por la caída. Se poso en la rama de un aromo y con las hojas hizo una suerte de nido y se echo a descansar. Con su pico se acicalaba cada una de sus plumas y me miraba de vez en vez. Tome la misma actitud, pero en lugar de acicalarme me senté a observarla…
Estaba un poco intrigado, me preguntaba ¿por qué había caído en mis brazos? ¿Por qué bolo tan rápido al ver que estaba en mis brazos? Y ¿por qué si estaba tan asustada de mí, se quedo en esa rama que yo de un salto podría alcanzar?...
Se me vinieron muchas ideas a la cabeza y pensé que tal vez es mi Ángel Guardián, que al verme tan cabizbajo se preocupo y quiso consolarme y sin darse cuenta se hizo visible, para que yo no lo descubriera, se transformo en la primera avecilla que se le ocurrió, al no tener mucho control de sus alas, se golpeo con un cable eléctrico y a mis brazos cayó.
A lo mejor es una mujer que estaba sola y triste en su casa, sin amor, sin amigos ni hijos, como un ermitaño, pero en medio de la ciudad. Tomo su corazón y al viento lo arrojo, tal vez sin esperanza, solo para morir lentamente en un vuelo liberador… o quizás con la oculta ilusión, que por destino o azar en los brazos de su príncipe azul logre aterrizar.
Al verla en esa rama, con un ala estirada y su cabeza entre el plumaje me pregunto si no estaré perdiendo la razón.
En el transcurso de mi vida me he enamorado en forma platónica de una profesora, en el quinto grado y otra en la enseñanza media, de una actriz de cine de varias décadas atrás y de mi mejor amiga de ese entonces…
Y si es solo una paloma que volaba buscando alimento para sobrevivir el día a día, disfrutando de los vientos del sur, que en esta época hacen remolinos, que levantan pequeños insectos de los prados y las aves los disfrutan en pleno vuelo. Pero que a su vez las expone a los cazadores que se ocultan con fusiles de aire, para dispara casi en silencio… Solo sientes un pequeño ardor que se transforma en una llama que te consume y hace que pierdas el control y caigas al vacío a tu perdición…
Pero ¿Si es la Mujer Ermitaño? ¿Y la paloma es su corazón? ¿Y si yo soy su Príncipe Azul?...
No, que tonto, nunca lo he sido… ¿Por qué ahora?…
¿Y por qué no?, acaso no soy un hombre como todos, que se puede enamorar y que alguien se enamore de mi…
En mis sueños sabré donde vive y mañana la rescatare de su soledad…
Pero primero tengo que hacer que esa paloma vuele a mis brazos…
¡Dios dime que hacer!…
Sí, lo mejor será caminar hacia el árbol…
Mirarla a los ojos…
Y suavemente…
Abrirle mi corazón...
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